Así se coordinaron los bancos centrales ante pandemia de coronavirus
Cero absoluto en tasas de interés, ola de liquidez y apertura crediticia para bancos son acciones coordinadas que no se observaban desde hace 12 años, con el colapso del sector hipotecario en EU En una acción que no se observaba desde 2008, el Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) encabezó ayer domingo […]
Cero absoluto en tasas de interés, ola de liquidez y apertura
crediticia para bancos son acciones coordinadas que no se observaban desde hace
12 años, con el colapso del sector hipotecario en EU
En una acción que no se observaba desde 2008, el Banco de la
Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) encabezó
ayer domingo una respuesta coordinada global a la crisis desatada por la
pandemia del coronavirus que se ha propagado en todo el mundo y que ya generó
un durísimo frenón económico con consecuencias todavía impredecibles en toda su
magnitud, como estimó la propia Fed.
Para la dimensión del problema, la respuesta tendría que
haber sido igual. Ello explica el fuerte
ajuste a la baja de 100 puntos básicos en la tasa de referencia de los fondos
federales por parte de la Fed, al reducir este indicador desde un rango de
1-1.25% a uno de 0-0.25%; en los hechos, regresó el cero absoluto al
mercado financiero más importante del planeta, y también a otras naciones luego
de esta acción coordinada de los bancos centrales más importantes del mundo,
los de los países altamente industrializados.
La respuesta no terminó ahí, la Fed y los demás bancos
centrales sabían que un ajuste de tasas a la baja sería insuficiente incluso si
estas llegaran al cero absoluto, tal como sucedió, de modo que la Fed anunció una auténtica ola de liquidez que se replicará
seguramente en todo el mundo, el banco central estadounidense iniciará la
compra masiva de 700 mil millones de dólares en su mercado; por un lado, adquirirá
500 mil millones de dólares en bonos de tesoro y, por otro lado, comprará 200
mil millones más en activos respaldados por hipotecas.
Como señalamos, varios bancos centrales del planeta actuaron en coordinación con la Fed y anunciaron medidas para reducir los efectos de la crisis desatada por el COVID-19; los bancos centrales de Canadá, Inglaterra, Japón, el Banco Central Europeo y el Banco Nacional Suizo acordaron un mecanismo de intercambio de dólares a nivel global para mejorar la liquidez en el mundo.
Lee: La Fed vuelve a recortar las tasas de interés de emergencia por coronavirus
¿Qué pretenden los bancos centrales del mundo?
La actuación coordinada de los bancos centrales del mundo
este domingo supone algo que no habíamos
visto en más de una década, cuando la crisis subprime, que derrumbó al
sector financieros estadounidense y con él al del resto del planeta.
Este referente es
importante porque nos habla de la magnitud de la crisis que enfrentamos en
estos días y nos permite tener un comparativo respecto de las acciones de
entonces y los resultados.
Los sucesos se han presentado con una rapidez extrema;
apenas hace una semana se debatía si el
COVID-19 provocaría una recesión en el mundo o sólo en una parte del mismo; hoy
el debate ha cambiado por completo, ya no se centra en la posibilidad de
una recesión, sino en la duración que tendrá esta y los riesgos de que se
convierta en algo peor.
Con esta acción coordinada evidentemente los bancos centrales tratan de que el golpe económico para el planeta, es decir la recesión, sea lo menos severo posible. No lo dicen y quizás tardarán un tiempo en hacerlo, pero estas medidas asumidas por las instituciones monetarias más importantes del planeta solamente nos llevan a una conclusión, tratan de repetir la dosis que entre 2008 y 2009 evitó que la economía global se desplomara y cayera no en una recesión, porque esta era inevitable, sino en la temida DEPRESIÓN.
En aquellos años el temor era justamente ese, que el mundo
repitiera el escenario de la década de los años 20 del siglo pasado, hoy 12
años después vuelve el mismo fantasma a amenazar al planeta, y los bancos
centrales piensan que, si la medicina funcionó una vez, se aplicará de nievo,
la receta ya se surtió: cero absoluto,
ola de liquidez y flexibilidad o apertura crediticia para bancos comerciales.
¿Hacia dónde va el
mundo?
Esa es la gran pregunta y lamentablemente ni siquiera los
expertos y quienes tienen al mundo en sus manos en cuestión de política
monetaria nos pueden dar una respuesta certera. En la conferencia telefónica
posterior a la acción coordinada de la Fed y otros bancos centrales, el jefe de
la política monetaria estadounidense, Jerome Powell, calificó la pandemia del
COVID-19 como “un reto
significativo para la economía“.
Pero abonó más a la preocupación de los analistas e inversionistas del planeta cuando señaló que, sin lugar a dudas, habrá efectos en la economía por esta crisis, más concretamente en el segundo trimestre de este año, finalizando con una advertencia: “lo que ocurra después es difícil de predecir“. Quizás por eso en los mercados de futuros los índices bursátiles y petroleros tenían un mal inicio de semana ante la incertidumbre por el rumbo que tomará en los próximos meses la economía global, la medicina funcionó una vez, habrá que esperar para ver si otra vez lo logra.
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