Lecciones de una higuera para rehacerse de las crisis
Me abrazó débilmente. —Te encargo mis plantas —susurró con voz quebrada. Fue la única frase que la venerable señora me dijo antes de despedirnos. Sentí inmediatamente en el pecho que tenía una responsabilidad de algo que para ella era importante. Cuando fui a la terraza y las revisé con nuevos ojos, me percaté que estaban […]
Me abrazó débilmente.
—Te encargo mis plantas —susurró con voz quebrada.
Fue la única frase que la venerable señora me dijo antes de despedirnos. Sentí inmediatamente en el pecho que tenía una responsabilidad de algo que para ella era importante. Cuando fui a la terraza y las revisé con nuevos ojos, me percaté que estaban abandonadas. Las antiguas macetas de barro estaban llenas de moho, y las plantas sobrevivían con agua que de milagro obtenían de alguna forma, sin intervención humana. En especial llamó mi atención la higuera plantada en un pequeño cuadro de tierra.
—Es una planta vieja —me dijo no sé quién—, córtala toda porque tiene plaga.
Guardé silencio pensando que quizás tenía razón. Efectivamente, las hojas empezaban a volverse amarillas y tenían agujeros, tal vez un hongo. Aparte, como veinte caracoles visibles la masticaban alegremente, supuse que en sus raíces estaba peor la cosa.
Puse tabaco en la tierra e hice una infusión para sus hojas, la cuidé por largo tiempo y con disciplina. Los caracoles mermaron, pero el “hongo” avanzó. Todo el tronco estaba cacarizo de su corteza; cicatrices profundas de su larga batalla. Este árbol probablemente llevaba años siendo atacado y parecía que, al fin, había sido vencido. Todo se fue secando.
No sé quién, me dijo nuevamente:
—Corta todo el árbol, va a contagiar a otras plantas, además se ve feo.
No dije nada. Suspiré y empecé a cortar las pocas hojas que le quedaban, pero no me atreví a talarlo. Lo dejé como un “adorno”, respetando la estética de nadie: Un tronco sin hojas, como un recuerdo de la tierna señora mayor que me encargó las plantas de su propiedad. Toqué al árbol, o lo que quedaba de él, y le pedí perdón por fallar.
Cerca, una buganvilia se acercaba al inerte tallo de su compañero. Dejé crecer ramas de esa buganvilia purpúrea e imaginé la higuera rodeada nuevamente de vida y color, aunque estuviera muerta. Pero la buganvilia le evitó y siguió de largo. El tronco cacarizo y seco, se quedó solo.
Años visibles de plaga, tres meses completamente seca y sin hojas. Hoy, la higuera es frondosa; grandes,verdes, y olorosas hojas le adornan. ¡Volvió a nacer! Se ve fuerte, con ganas de seguir viviendo muchos años más. ¿Cómo pudo ser? Hace tres semanas estaba desahuciada… pero hace dos semanas ya tenía unos pequeños brotes, y hace tres días ¡un primer higo se asomó!
No sé quién, me dijo:
—Claro… es por la estación.
Pero esta vez, no me quedé callado:
—Te equivocas —repliqué—, es algo más… se llama resistir.
Un amigo me llamó hace unas horas, preocupado y ansioso por la situación del Covid-19 y la inminente recesión:
—No sé quién lo dijo Alejandro, pero recuerdo muy bien que leí que la cosa se pondrá mucho peor de lo que creemos, contracción de dos dígitos… dos dígitos. ¡imagínate! Dicen que deberíamos cortar…
Mientras se desahogaba con opiniones de gente importante que no recordaba, yo veía la hermosa higuera desde la ventana. Por fin lo comprendí y sonreí sinceramente por primera vez en muchos días. Fue una, ¿cómo le llaman…? ¿Epifanía?
—Se trata simplemente de resistir amigo, con todo lo complicado y profundo que eso implique. Ser la resistencia y vivir—le contesté con seguridad.
Ya no contestó nada, creo que pensó que estaba delirando por el encierro. Y tal vez así sea, o tal vez…
Resistir
Del lat. resistĕre.
1. tr. Tolerar, aguantar.
2. tr. Combatir las pasiones, deseos, etc. U. t. c. prnl.
3. intr. Dicho de un cuerpo o de una fuerza: Oponerse a la acción o violencia de otra. U. t. c. tr. y c. prnl.
4. intr. Dicho de una persona o de un animal: pervivir.
5. intr. Dicho de una cosa: durar (continuar sirviendo).
6. prnl. Dicho de una persona: Oponerse con fuerza a algo.
Resistencia
Del lat. tardío resistentia.
1. f. Acción y efecto de resistir o resistirse.
2. f. Capacidad para resistir.
3. f. Conjunto de las personas que, generalmente de forma clandestina, se oponen con distintos métodos a los invasores de un territorio o a una dictadura.
4. f. En el psicoanálisis, oposición del paciente a reconocer sus impulsos o motivaciones inconscientes.
5. f. Electr. Elemento que se intercala en un circuito para modificar el paso de la corriente o para producir calor.
6. f. Fís. Fuerza que se opone a la acción de otra fuerza.
No dudar
No titubear
No sorprenderse
No temer.
Miyamoto Musashi, samurai invicto.
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